La palabra creatividad es tan inquietante como la explosión de un cohete. Aparece en la lista de deseos de muchos de muchos de nosotros porque quisiéramos ser artistas o genios creativos que pintan cuadros, componen canciones y escriben palabras que llegan al alma. Todos anhelamos ser creativos, pero poco sentimos que lo somos y moriremos con una melodía que nadie escuchó jamás.